lunes, 12 de abril de 2010

Diario - Día 92

Esta mañana me levanté tarde y sin haber dormido suficientes horas. Aun así, mis agujetas casi habían desaparecido y mis músculos parece que se han recuperado lo suficiente como para seguir machacándolos fuerte la semana que viene.

Al despertarme tan tarde, me preparé una cantidad mucho más pequeña de avena con muesli. Para comer me hice un hervido de espinacas y judía verde, y me abrí una lata de caballa. No me apetecía mucho, pero las proteínas son las proteínas, y hay que tomar en todas las comidas.

Hoy no se que me ha pasado, que he estado ansioso y nervioso todo el día, pero sobretodo por la tarde. Lo que es peor, esas ansias me hacían pensar en comida, algo no demasiado bueno. Para merendar me comí una barrita de proteínas con arroz, pero como tenía algo más de hambre cogí otra barrita de chocolate blanco.

La ansiedad continuó por la noche, pero fui capaz de resistirla con menos problemas. Me hice una hamburguesa casera de pollo a la plancha. Aun tenía hambre, así que puse en un bol un yogur desnatado, con medio cacito de suero de proteínas y una cucharada de avena. No es que sea un postre delicioso, pero es ideal para calmar el hambre.

Ahora mirando hacia atrás, creo que lo mejor para librarme de la ansiedad habría sido ponerme a hacer algo de cardio. Si lo hubiera hecho, seguramente habría liberado tensión.

Bueno, mañana vuelvo con la rutina semanal. La verdad es que tengo muchas ganas de coger de nuevo las mancuernas. ¿Cómo pueden ser las pesas tan adictivas?

0 comments:

Publicar un comentario